Estrategia empresarial sostenible: pasos iniciales para construir un futuro mejor para todos

Hoy en día, en un contexto global marcado por la crisis climática, la desigualdad, la injusticia y nuevas formas de negocios, empresas y organizaciones se enfrentan a retos y oportunidades en los cuales la sostenibilidad empresarial (SE) surge como una estrategia que ofrece una visión integral que busca armonizar el éxito económico, la productividad y la competitividad con el respeto al ambiente y la responsabilidad social.

Pero ¿Qué es la sostenibilidad empresarial?

Tradicionalmente, -y luego en otro trabajo profundizaremos en esto desde otro enfoque -, la “SE” se basa en tres dimensiones: económica, social y ambiental, en un modelo conocido como la triple cuenta de resultados, un concepto acuñado por Elkington en 1994. En este modelo, la dimensión económica se refiere a la capacidad de generar beneficios y crecimiento, la dimensión social se refiere al compromiso con los derechos humanos, la equidad y la calidad de vida de los trabajadores y la comunidad, y la dimensión ambiental se refiere al cuidado de los recursos naturales, la prevención de impactos negativos sobre la naturaleza y la mitigación del cambio climático.

Así, la “SE” podría entenderse como un enfoque de gestión y estrategia que busca dinamizar acciones que logren de manera conjunta el éxito económico, la responsabilidad social y el cuidado del ambiente, por lo que esta va más allá de simplemente cumplir con las regulaciones o promocionar una cultura de cuidado de la naturaleza y ello implica considerar el impacto social y ambiental de las operaciones y demás actividades en su cadena de valor con un enfoque de eficiencia, lógica y responsabilidad.

¿Por qué es importante?

Tener una estrategia empresarial sostenible no solo es importante desde una perspectiva ética y moral, sino también desde una perspectiva estratégica y competitiva que permite desarrollar una serie de ventajas que brinda, entre otras cosas:

  • Mejora de la reputación e imagen corporativa: generando confianza y credibilidad entre clientes, proveedores, inversores y otros grupos de interés, lo que representa en el largo plazo una mayor fidelización, lealtad y satisfacción.
  • Aumento de las capacidades de innovación y productividad: fomentando la creatividad y el aprendizaje continuo entre los empleados con un enfoque centrado en la solución de problemas globales, lo que permite y favorece el desarrollo de nuevos productos, servicios y procesos que respondan a las necesidades del mercado y de la sociedad.
  • Reducción de costos y riesgos: esto por la implementación de prácticas que impactan en el uso de los recursos y energía, minimizando los residuos e impactos ambientales, ahorrando dinero, mejorando la eficiencia y disminuyendo la exposición a multas, sanciones o demandas.
  • Nuevas oportunidades de negocio: en el mundo actual, las empresas que se alinean con los principios y objetivos de la sostenibilidad pueden acceder a nuevos mercados, clientes y socios que valoran su responsabilidad social y ambiental. Además, pueden beneficiarse de incentivos fiscales, subvenciones o financiación preferencial para proyectos sostenibles.

Sin embargo, a pesar de los beneficios y las oportunidades que ofrece tener una estrategia empresarial basada en la sostenibilidad, su implementación no está exenta de dificultades y obstáculos, como, por ejemplo:

  • Falta de recursos: muchas empresas, especialmente las más pequeñas, cuentan con recursos limitados para invertir en proyectos o iniciativas sostenibles, esto por presupuestos ajustados por el flujo de efectivo, falta de personal cualificado o dificultad para acceder a fuentes de financiación externas.
  • Resistencia al cambio: tradicionalmente existe el arraigo de prácticas y hábitos que no son compatibles con la sostenibilidad, lo que puede generar resistencia al cambio por parte de los grupos de interés, que pueden percibir la sostenibilidad como una amenaza o un gasto.
  • Falta de información y conocimiento: muchas empresas desconocen los conceptos, los criterios y las herramientas relacionadas con la sostenibilidad, dificultándose la identificación, la medición y la comunicación de los impactos sociales y ambientales de sus actividades, así como el establecimiento de objetivos y planes de acción.
  • Falta de coordinación y alineación: muchas empresas no logran integrar la sostenibilidad en su estrategia y su cultura organizacional, tratándola como un tema aislado o independiente, lo que genera inconsistencias, reprocesos, contradicciones y conflictos entre las diferentes áreas o departamentos de la empresa.

¿Cómo superar estos desafíos?

Para superar estos desafíos y lograr una transición exitosa hacia una estrategia empresarial sostenible, empresas y organizaciones pueden:

  • Definir una visión y una misión sostenibles, que sean claras y compartidas, basadas en lo que quieren lograr en términos de sostenibilidad, una misión que defina su propósito y sus valores en las dimensiones económica, social y ambiental. Estos elementos deben estar alineados con los intereses y expectativas de sus grupos de interés, así como con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU y no debe ser independiente o alterna a su misión y visión tradicional.
  • Realizar un diagnóstico que les permita identificar sus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas en relación con la sostenibilidad, esto junto con el análisis de materialidad que consiste en determinar los temas más relevantes para la empresa y sus grupos de interés.
  • Establecer objetivos y metas que sean específicos, medibles, alcanzables, relevantes y delimitados en el tiempo (SMART), y que a la vez les permitan avanzar hacia su visión sostenible. Estos objetivos deben estar basados en indicadores cuantitativos y cualitativos que faciliten su seguimiento y evaluación.
  • Diseñar e implementar un plan de acción, flexible y adaptable, que detalle las actividades, los recursos, los responsables y los plazos necesarios para cumplir con los objetivos establecidos, sin olvidar que los recursos son limitados y las acciones deben estar alineadas con la misión y la visión.
  • Monitorear y evaluar el desempeño de sus acciones en relación con la sostenibilidad, utilizando los indicadores definidos previamente y evitando caer en el greenwashing. Esto les permitirá medir el impacto real de sus acciones, identificar las áreas de mejora y tomar las medidas correctivas necesarias.
  • Comunicar y reportar los resultados a sus grupos de interés, utilizando medios adecuados y transparentes. Esto les permitirá rendir cuentas, generar confianza y crear valor compartido.

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